Bonita

Olympus acaba de presentar un par de réflex digitales nuevas. Destaca la E-510, muy distinta a su antecesora la E-500. Las novedades principales son un sensor CMOS Matsushita de 10 Megapixels con live preview (la pantalla trasera sirve de visor continuo, como en las compactas), en vez de uno CCD de 8, y un estabilizador de imágenes por desplazamiento del sensor. Ahora los partidarios de Olympus tienen algo mas que reivindicar, las revistas especializadas pueden dedicar unas cuantas páginas a analizar si tiene un poco más o menos de ruido a alta sensibilidad que las Canon o Nikon comparables (mi Pentax del alma sigue arrinconada), y los que piensen comprarse una SLR digital también tienen un motivo mas para dudar. Teniendo en cuenta la historia y la tradición de la marca, estoy seguro de que será un producto de gran calidad que puede hacer disfrutar enormemente a cualquier fotógrafo. Y seguramente hará aún mas asequibles a otros modelos Olympus que ya andan a muy buen precio, así que bienvenida sea.

Y pensar que yo creía que los días de las réflex estaban contados y que con la tecnología digital se acabaría su existencia. ¿Qué ventajas les quedaba? Ninguna. En las digitales se ve el encuadre tan aproximadamente (o tan exactamente) como en una réflex y no es necesario fabricar un sistema mecánico caro y delicado con un espejo que sube acelerando, frena en seco y baja y frena y sacude la cámara. ¿Y para que cambiar el objetivo si nadie, salvo unos cuantos profesionales, usa ya mas que un zoom 35-100 o así?

El otro día leía una entrevista con Peter Turner que decía que desde que empezó con el digital usa una réflex Nikon porque cada mando esta en el sitio de siempre y lo entendí...