Esto no es una cámara




Es un dibujo, una ilustración hiperrealista de Yukio Miyamoto, hecha con Adobe Illustrator. [via]
Como se pude comprobar en su web, las mujeres le salen bastante peor.

Femenino: El mundo de Lauren Greenfield

No todos los reporteros tienen que dedicarse a las miserias de este mundo. Lauren Greenfield tiene una cualidad particular: Se centra en sus vecinos y contemporáneos, en los ricos, sanos y despreocupados yanquis. Creo que su aproximación al mundo de las mujeres de nuestros países desarrollados es única. Arriesgándome mucho, y contra mi costumbre de no generalizar, diria que las fotógrafas con conciencia de género buscan temas mas directamente polémicos, mas obvios. Ella retrata el efecto de la cultura dominante en las mujeres "normales". Nada de miseria, explotación malos tratos... En sus fotos hay fiestas, lujo, glamour, exhibiciones y belleza. Nada de submundos, esto es clase media, gente bien...

No es una desconocida, ha publicado en el New York Times, National Geographic, Elle, Time, etc., está en la agencia VII Photo, con grandes como James Natchwey, Ron Haviv o Alexandra Boulat, ha ganado decenas de premios, incluida una beca Hasselblad... Su documental Thin(delgado), se estrenó en el festival de Sundance el año pasado... retrata un centro de recuperación para personas con trastornos alimentarios de Florida, una gota en un océano de sufrimiento: Cinco millones de personas los sufren en USA, un 10% muere a consecuencia de ellos.

Y, para las mujeres, la cosa se complica cada vez mas, como prueban un par de historias que se pueden ver en su web: la de las adolescentes que se hacen una liposuccion y un reportaje sobre spas y centros de belleza para niñas de 2 a 18 años. Y nunca acaba:


Una imagen de la eleccion de Miss Senior America

Mas difícil todavia

Hace poco que me encontré con las imágenes de Lichfaktor, ahora un anuncio de Sprint (telefonía móvil yanqui) utilizalas mismas técnicas magistralmente. Vía John Nack, que de paso cita también los esfuerzos de los japoneses Pikapika.

Xavier Rivas: bajo el muelle...


Xavier Rivas es una de las estrellas emergentes de la fotografía española. Sus fotos están también presentes en la exposición de PHE de la que escribí hace unos días. Su página es visita recomendada, especialmente su sección de fotos de Barcelona. Esta me ha hecho pensar en una vieja y cursi canción de los 50, Under the boardwalk, de los Drifters, que contaba la historia de un chaval al que le gustaba la intimidad de que disfrutaba bajo el muelle. La visión de la ciudad que propone quizá no sea del gusto de la oficina de turismo, pero a mi me emociona mas que las postales habituales.

Me impresiona mucho la sección de flores... Esos ramos huérfanos colgados de sitios tan inapropiados y tan cargados de significado...

A John Coffer no le preocupa que se deje de fabricar película...

John Coffer y su carro fotográfico

Ni a Will Dunniway. Trabajan el colodión. Si, el procedimiento inventado hace 160 años por ScottArcher . Fabrican ellos mismo sus emulsiones, sus placas, y sus reveladores.

Dunniway estaba, hace quince años, viendo la recreación de la batalla de Gettysburg (1863), observó a unos tipos haciendo fotos con cámaras de la época. Le fascinó el procedimiento, les pidió que le enseñaran y se ha convertido en una especie de gurú del tema. Cada año da una docena de cursos a aspirantes a artistas fotográficos.

John Coffer se compró un carro fotográfico y un caballo en 1978, y se pasó siete años viajando como los pioneros, ofreciendo sus servicios de fotógrafo ambulante. Desde hace 20 ofrece, en su granja del estado de Nueva York, el Campamento Tintype, tres días de curso intensivo sobre el tema.

Dunniway tiene en su web una galería de imágenes y alguna información. Hay varios cortos explicativos en You Tube. El procedimiento es difícil: Hay que recubrir una placa de cristal con colodión, y, antes de que se seque, sumergirla en una solución sensibilizadora de sales de plata, exponerla y revelarla. Por eso no tiene demasiados practicantes hoy. Las imágenes resultantes son, eso sí, muy románticas. Recuerdan, lógicamente, las realizadas por los pioneros, de hecho Dunniway ofrece en su web consejos para distinguirlas de las auténticas: Ya hay quien ha intentado la estafa.

Supongo que siempre quedarán artistas que usen estas técnicas, como la platinotipia, la goma bicromatada o el papel fresson, incluso cuando lo digital termine ahogando a la fotografía química. Al fin y al cabo, todavía hay artistas dedicados al grabado o la calcografía, aunque sean procedimientos técnicamente superados.

Dunniway: Yosemite Mirror Image, 2002

Foto playera: Massimo Vitali

Madrid está ahora sufriendo la avalancha de exposiciones de fotografía promovidas por PhotoEspaña. Megaferia especializada que lleva ya diez años, exhibe siempre mucho.

A veces se encuentran algunas joyas en las exposiciones colectivas, las teóricamente menores. Ya se que voy a ver cuando me acerco a la retrospectiva de Man Ray, o a la expo de Sebastiao Salgado. Pero uno no sabe que pensar de una colectiva que se llama Local, el fin de la globalización, colgada en el depósito de agua del Canal de Isabel II. El texto, el concepto y la presentación no son nada atractivas, una yuxtaposición de etiquetas traída por los pelos. La tesis es que la globalización se acaba porque triunfa lo local, como si fueran conceptos opuestos. Creo que hace ya mucho tiempo que Tolstoi dijo aquello de que si quieres ser universal, describas tu propia aldea...

Al final fui porque me gusta el local, la sala: Un antiguo depósito de agua salvado milagrosamente de la piqueta que reurbaniza Madrid para dejarlo sin memoria. Superficial que es uno. Y me he encontrado con las fotos de Massimo Vitali, que nunca había visto de verdad. Y solo por ellas ya vale la pena ir.

Vitali fotografía desde una altura de seis metros con una cámara de gran formato playas cercanas a su casa, las amplia a gran tamaño (80x70 cm. y mas) y las monta en Diasec, un proceso por el que la foto se fija a la parte trasera de un plástico transparente. Parecido al Dibond. El resultado impresiona. El objeto-foto. La imagen, por si misma ya es sugestiva: Al contrario del uso general, que manda centrar la foto en la anécdota, Vitali propone una visión general con decenas de sucesos detenidos, instantes congelados. Una situación sin drama, pero llena de detalles sugerentes. El formato escogido -colores, tamaño, montaje- enriquece enormemente la experiencia.

Hay una selección de sus imágenes aqui, pero ningún monitor puede hacerles justicia...


Alarma

Tengo desde siempre un problema con los fotógrafos de naturaleza. Además de que me resulta difícil de entender que alguien decida pasar el resto de su vida en sitios inhóspitos en los que solo resisten algunos animales salvajes, esperando durante días a que un pollo salga del nido o un león se decida a mirar a la cámara adecuadamente, siento una especie de reparo moral ante esas imágenes tan bonitas. Siempre que he ido al campo lo he encontrado tan sucio y desordenado como la ciudad. Hay polvo, barro, cosas descolocadas, hierbas que salen donde quieren, grietas y agujeros, etc. ¿Como hacen los fotógrafos para sacarlo todo tan bonito? Esos animales tan fotogénicos, tan bien colocados, esas luces tan sugerentes... ¿No es eso traicionar la esencia de la naturaleza, convirtiéndola en algo que no es? Convertirla en algo romántico y hermoso, ¿Es aceptable? ¿No es un sitio donde el grande se come al chico, frecuentemente después de despedazarlo sin miramientos?

Esta imagen me ha emocionado mucho, pese a ser un claro ejemplo de esa disneyficacion. Me he tropezado con ella haciendo una excursión virtual por el Instituto Smithsonian, que, por cierto, propone un curioso juego a partir de sus archivos fotográficos. Es de su selección de las mejores fotos de naturaleza del 2006, la hizo un fotógrafo alemán, Norbert Rosing, y es un ejemplo extremo de lo que apunto: El pobre oso lo va a pasar fatal y sin embargo la imagen es tan bonita... Supongo que debería ser de visión obligatoria para los que no crean en el calentamiento global.

Pintando con luz.


Siempre me ha parecido curioso como la cámara digital asimila y/o reconvierte viejas técnicas. Abrir el obturador y pintar con luz la escena delante del objetivo es una técnica antigua con usos tan diversos como crear fantasmas o iluminar monumentos. Los chicos de Lichfaktor le han encontrado un uso digital...

John Szarkowski murió el sabado pasado.

Otro que nos deja. John Szarkovski murió el sábado pasado, a los 81 años. Ya nos había dejado a efectos prácticos hace una decena de años, cuando abandonó el puesto de responsable de fotografía del MOMA, el Museo de Arte Moderno de Nueva York, desde el que revolucionó casi en solitario la visión que se tenia de la fotografía, haciéndola pasar de una especie de instrumento mecánico de reproducción de la realidad sin mérito artístico, a un arte como los demás, una forma de expresión personal tan creativa y tan importante como la pintura.

John Szarkowski retratado por uno de sus descubrimientos, J.H Lartigue, en 1963.

Durante 30 años demostró una lucidez y una capacidad de anticipación sobre la evolución de este arte notorias. Su primera exposición escandalosa fue New Documents, que según él marcaba la aparición de una nueva generación de fotografos que pasaban de retratar la realidad para que se viera y se pudiera corregir, a hacerlo para investigarla, explorarla en sus propios términos. No encontró demasiados apoyos. Hoy , los textos de sus críticos suenan particularmente ridiculos. La exposicion recogía trabajos de Garry Winogrand, Diane Arbus y Lee Friedlander, nada menos.

Algo así ocurrió cuando decidió exponer los trabajos de un desconocido artista sureño que fotografiaba en colores chillones. Herejía: Todo el mundo sabía que lo artístico era el blanco y negro... Era en 1976, y el desconocido, William Eggleston, es hoy reconocido como uno de los mas grandes. Aquel año la mayoría de los críticos la ridiculizó y muchos la incluyeron entre lo peor del año.

En 1978 organizó una antológica -Espejos y ventanas, fotografía americana desde 1960- cuyo título hace referencia a las dos capacidades fundamentales de la fotografía. Afortunadamente, se pudo ver en España, gracias a la Fundación Juan March, y tuvo un enorme impacto sobre nuestros críticos y museos.

Gracias a él, conocemos mejor el trabajo de Walker Evans, Edward Weston, o Ansel Adams, a los que consiguió convertir en estrellas del mundo del arte. Decubrió, casi de la nada, además de a Arbus, Eggleston o Winogrand, a gente como Atget o Jacques Henri Lartigue.

Lo mas curioso es que consiguio su trabajo casi por casualidad: Dos de los miembros del consejo del MOMA se pusieron muy pesados con que se contratara a un desconocido "paleto" de Wisconsin para que sustituyera a Edward Steichen, que cuando fue contratado para el trabajo ya era famoso y respetado. El resto del consejo quería a alguien así, pero insistió menos.

Al jubilarse volvió activamente a la fotografía, y resulta que era igual de bueno como organizador y agitador que como fotógrafo...

John Szarkowski, From Country Elevator, Red River Valley, 1957

Para mi su figura engrandeció aun mas cuando un amigo me contó que le había recibido en su despacho del MOMA. Mi amigo, fotógrafo, dejó su portafolio en su oficina, le dieron cita para recogerlo dos semanas mas tarde y cuando llegó, Szarkowski le estaba esperando. Dedicaba un día a la semana a recibir a desconocidos con talento. Mi amigo no daba crédito: El director del departamento de fotografía del museo mas importante del mundo alabando su trabajo... Sobre todo porque llevaba casi dos años pateándose todas las galerías madrileñas sin conseguir que le recibiera nadie.

Fotos singulares: El detalle

Me he tropezado esta imagen hoy en una revista couche en la pagina de al lado de un anuncio de un Renault Espace desde 24.000 € 2 pantallas DVD independientes auriculares inalámbricos audio connection box para consolas seguro a todo riesgo sin limites.

Pensé que a veces es mas impresionante el detalle que el plano general: Un hombre sin zapatos siempre ha sido la definición del pobre. Intuyes que este es muy listo. Si amplias la foto, ves los detalles de la piel, el suelo árido, la metáfora de su situación o mas precisamente, la metonimia esa que nos enseñaban en el cole. La carga simbólica no se acaba ahí: Los zapatos se han fabricado con basura...

La imagen es muy conocida. La tomó Olivier Jobard, un fotógrafo de la agencia SIPA, que pasó seis meses siguiendo a Kingsley -creo que es el dueño de esos pies, es el protagonista de la historia- desde Camerún a España, haciendo el camino de los miles de "subsaharianos" que nos llegan. Ganó decenas de premios, incluido uno en el World Press Photo. El reportaje -completo, detallado, estremecedor- se puede ver, narrado por el propio Kingsley, en Mediastorm, se publicó integro en un libro (lo tienen en Kowasa), Le Monde aun mantiene en línea un resumen en francés. Cuando cargas la página, te sale con publicidad de líneas aéreas low cost y vacaciones en Camerún. Irónico.

La pareja

Bert Theunissen: Rao Faquis#1 17/2/2005 15:36


La encontramos a un lado el camino cortando leña, y cuando comenzamos a hablar con ella nos llevó a su casa. Allí conocimos a su marido. Nunca había visto una sala de estar así. El fuego estaba en el suelo en el centro de la habitación, no había hogar, ni había chimenea. El techo iba para arriba y acababa en un agujero pequeño en el tejado. Se podría decir que todo el cuarto era en sí mismo una chimenea. Todo en la habitación estaba negro. Negro del humo y del alquitrán que produce el fuego. No se aprecia en las fotos, aunque se ve la cadena de hierro de la que cuelgan el puchero en que cocinan. Cuelga de una viga que se puede apartar pivotando.

No había absolutamente nada en la casa que no necesitaran para vivir sus vidas. Cuando le pregunté al marido si echaba de menos algo, si le faltaba algo, el hombre se levantó, se acercó al armario del fondo, lo abrió y dijo: "Tenemos todo lo que necesitamos". Dentro vimos un pedazo de pan hecho en casa, un trozo de queso hecho en casa, chorizo hecho en casa, aceite de oliva hecho en casa y vino hecho en casa. “Y además de eso,” dijo “nos tenemos el uno al otro” y se sentó al lado de ella para que los fotografiara.

Yo diría que hace tiempo que pasaron de los ochenta, o incluso de los noventa y siempre han vivido en esa casa ahumada. Y estaban fuertes como un buey.

El fotógrafo Bert Theunissen encuentra a la pareja feliz en una aldea gallega y lo cuenta, muy impresionado, en su blog de la fundación Aperture. Es parte de una serie de Paisajes Domésticos, que le ha llevado por Japón, Alemania, Holanda, Francia, Italia...

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