Aún quedan algunas semanas para ver en Madrid la exposición sobre Madrasas africanas del fotógrafo Luis López Gabu.
Para los que no leen los periódicos o están al margen de la lucha contra el terror bushiana, diré que una madrasa es una especie de cueva infernal, una escuela religiosa en la que se fabrican terroristas suicidas musulmanes y radicales dispuestos a acabar con la libertad y el progreso. Aunque eso no es lo que se ve en las fotos de Gabu.
Luis López Gabu ha trabajado sobre la experiencia escolar de los niños africanos a lo largo de una decena de años y ha recorrido otros tantos países. El resultado es una treintena de imágenes que te hacen reflexionar sobre algunos aspectos esenciales de una realidad que cada vez nos es mas próxima.
Leí en la misma sala, en el texto de presentación, una observación muy reveladora: La mayor parte de las culturas africanas son ágrafas, sobre todo las subsaharianas. Quiere decirse que, por extraño que pueda parecernos, estos niños se enfrentan a una experiencia no solo nueva, sino también ajena a su tradición y su cultura. Es una de esas cosas que se dan por sabidas, pero en las que creo que conviene detenerse a pensar. En muchos lugares, la avanzada contra el analfabetismo es una de estas madrasas, un maestro aislado, un local menos que digno y unas tablillas en las que los niños aprenden a escribir copiando las suras del Corán.
En la sala se pueden ver algunas de estas tablillas. Dada la escasez en que se mueven estas escuelas, la tradición es que pasen de niño en niño y, cuando se estropean, se les añadan parches, grapas y lo que sea necesario para prolongar su vida útil. Así se convierten en objetos con un alma particular.
Para mi fue una agradable sorpresa. Pocos días antes de visitarla escuché en la presentación de un trabajo de uno de los grandes de la fotografía española, que había realizado algunos de sus exóticos reportajes en sus 15 días de vacaciones anuales, y, por comparación, el esfuerzo de Gabu adquirió aún mayor dimension. Es un gran trabajo, conceptual y artísticamente hablando, al que bien se le pueden dedicar unas horas de disfrute. La web de Luis López Gabú es un poco confusa -creo que es la primera que veo que dedica tanto espacio a contar la azarosa vida del artista- pero ofrece una muestra muy interesante de su trabajo como pintor y fotógrafo.
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