Tengo un amigo que es operador de cine. Cayó con un helicóptero mientras filmaba. O sea, el aparato cayó a plomo, rebotó, se rompió. Hubo varios heridos. Le pregunté si había pasado miedo. Me dijo que no, que estaba mirando por el visor y lo disfrutó. A mi me ha pasado algo asi en medio de una batalla campal entre polis y punkis. Recuerdo tambien fotografiar una manifestación de angelitos abertzales en San Sebastián, cuando los que estaban conmigo me pidieron que dejara de hacerlo, que nos estaban apedreando. Creo que si me hubiese herido una piedra me habría extrañado mucho de que fuera real. Es el efecto de mirar el mundo a través de un visor.
No sé si funciona asi en otros terrenos. Phillip Toledano, del que ya he hablado documenta el deterioro y el fin de la vida de su padre, enfermo de Alzheimer. En palabras y sobre todo, en imágenes. Espero que le ayudara, porque el documento es doloroso, incluso para alguien que no conoce a los sufrientes. ¿Habrá que usar la cámara para superar el dolor? ¿Acompañará en momentos difíciles? La verdad es que nunca había pensado en ello.
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