Irak no termina nunca. Hace unos dias, los generales americanos andaban celebrando el éxito de sus últimas iniciativas y la disminución de la actividad terrorista,y quejándose, en términos recogidos literalmente por medios de extrema derecha como Libertad Digital de que la prensa progresista no se hacia eco de sus éxitos. Dos días después se produjo uno de los ataques mas feroces de toda la guerra. Casi como lo de Zapatero y Barajas. Acabo de leer un reportaje de Peter Beaumont, el corresponsal del Observer en Bagdad, sobre como la fatiga esta destruyendo la capacidad del ejercito yanqui en Iraq, abro el correo y me encuentro información sobre Unembedded, una iniciativa de cuatro fotógrafos independientes (Ghaith Abdul-Ahad, Kael Alford, Thorne Anderson, Rita Leistner). Unembedded es lo contrario de embedded, el término usado para describir a los periodistas que acompañaban a los ejércitos invasores y que trabajaban desde sus instalaciones supervisados por los censores militares. Lo tradujeron como empotrados. Se suponía que era la única posibilidad de informar desde Irak con cierta seguridad, aunque la trágica muerte de Julio Anguita Parrado demuestra que aquello era una ilusión y un truco para controlar la información. Unembedded seria pues, No-empotrados
Thorne Andersson, Unembedded
El reportaje de Beaumont cuenta la situación desde el lado invasor, el impacto que la guerra esta teniendo sobre el ejercito yanqui. El panorama que describe es desolador: Una guerra no convencional con soldados permanentemente de guardia, agotados, recibiendo información constante de lo que se discute en USA, forzados a volver a Irak contra su voluntad, miles de desertores y expulsados del ejercito con informes negativos, oficiales formados en la elitista West Point abandonando la institución, mas del 40% de los recursos del ejercito ya agotados, imposibilidad de reclutar suficientes soldados, que esta forzando a volver a casi ancianos (40 años), y a rebajar los requisitos mínimos (¡incluyendo los de salud mental!), rumores sobre la vuelta al reclutamiento forzoso.
Las imágenes de Unembedded muestran el otro lado, la destrucción causada por esos soldados: un país devastado, una sociedad en proceso de autodestrucción sin un horizonte claro. La foto de arriba, de Ghaith Adul Ahad, muestra el cadáver de un joven iraquí. Al fondo arde un transporte de tropas yanqui. Un helicóptero disparó sobre la multitud que se había congregado alrededor del incendio, asesinando a 28 iraquíes e hiriendo a 48 gravemente. Ningún soldado americano había muerto en el incidente. Ghaith es el único iraquí del grupo, desertó del ejército de Sadam y vivió en la clandestinidad durante seis años. Tiene mas suerte que su colega Bilal Hussein, que por hacer fotos parecidas fue “retenido” por el ejército americano y, año y medio después, aun no ha sido liberado. En el grupo hay dos reporteras, una de ellas, Rita Leistner, ha trabajado en un manicomio para mujeres en el que se refugian algunas que podrían ser víctimas de un asesinato de honor, una de las costumbres integristas que regresan gracias a la situación creada por los invasores.
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