Quedan aun unos días para ver la exposición de Man Ray en la Fundacion ICO de Madrid. Es la segunda en un año y esta si que es de verdad, no como la otra. Mas de 300 piezas, entre cuadros, dibujos, múltiples, esculturas, objetos imposibles (objects of my affection), etc. Una visión completísima y panorámica sobre uno se los artistas mas importantes del siglo pasado. Debería haber un libro de visitas en la sala para poder agradecer a los organizadores la calidad de su trabajo. Sus biógrafos le presentan como un pintor frustrado y un fotógrafo accidental: Aprendió a hacer fotos para reproducir sus cuadros y cuando no tuvo éxito como pintor se ganó la vida con la fotografía. Pero lo que se ve en la exposición es un artista polifacético muy productivo que trabajó hasta su muerte en las diversas técnicas. Lo específicamente fotográfico, además de darle de comer, se le dio bien: Aunque no invento los fotogramas (que existen desde que los propuso el inventor de la fotografía, Fox Talbot), los hizo mejor que nadie. La solarización (el efecto Sabatier), otro ejemplo de técnica fotográfica para experimentadores de laboratorio, la dominaba como nadie. Sospecho que iluminaba sus fotos para que se solarizaran en la dirección que quería. Pero además, pintó mucho y muy bien, y en sus cuadros hay en potencia Duchamps, De Chirico, Magritte, etc. Fotografió películas para otros y realizó pequeñas obras maestras de la vanguardia, como Emak Bakia o L'etoile de mer, que se pueden ver en UBUWEB, el youtube de las vanguardias, como se autodescriben.
Aunque es algo sabido, viendo la exposición se hace evidente que un pequeño grupo de artistas, una veintena de personas, definió todos los movimientos artísticos importantes del siglo pasado. Es increíble que coincidieran en el Paris de entreguerras, o a lo mejor precisamente hicieron lo que hicieron por haber coincidido allí. En las fotos de Man Ray queda el testimonio de esa época. Días en los que alrededor de una mesa se reunían regularmente Marcel Duchamp, Tzara, Maiakovski, Andre Breton, Picasso, Kiki de Montparnasse, Elsa Triolet, Giacometti, Picabia, Rilke, Erik Satie, Hemingway, etc.
Si hubiese que señalar una pieza entre las 300, marcaría 1929, unas fotos pornográficas de las que ni siquiera había oído hablar. Es difícil, porque hay algunas obras muy importantes, como por ejemplo una reconstrucción de Noire et blanche, imagen que no se podía ampliar por el estado del negativo y que ha sido recreada escaneandolo e imprimiéndola. Sabía que el surrealismo apostó desde el principio por la potencia liberalizadora y escandalizante del sexo, y que los integrantes del grupo se habían divertido lo suyo, había leído algunas de las provocadoras poesías eróticas de Aragon etc., pero no sabia que existían trabajos como este.
La historia, que he conocido ahora, después de verlo, es surrealista: El editor de Varits, una revista belga miembro del movimiento, no podía pagar a su impresor, pero, aunque le debía ya una suma importante, este estaba dispuesto a imprimir un número mas. Los surrealistas decidieron resolverlo con un número especial, erótico, y Aragón se acercó al estudio de Ray a pedirle que hiciera algo para la revista. Man Ray abrió un cajón y sacó un mazo de fotografías, entre las que Aragón escogió esas cuatro. Nadie lo preguntó, pero era evidente que los protagonistas eran Kiki de Montparnasse y el propio Man Ray. La revista se publicó, una edición especial de 500 ejemplares que debían haber salvado a Edouard Mesens, el editor, pero en el camino a Paris, fueron secuestrados por los aduaneros franceses. Las imágenes desaparecieron. Man Ray ni siquiera menciona la anécdota en sus memorias. Las fotos no se recogen en su pagina oficial y sospecho que nunca se exhibieron.
A raíz de la visita y de la visión de 1929, he descubierto el rumor nunca del todo confirmado de que Man Ray hizo por encargo fotos pornográficas. Cuando llego a Paris parece que el enigmático William Seabrook, escritor de novelas populares, inventor de los zombies y fetichista notorio, le invitó a cenar sobre una joven encadenada, que Ray retrató y que luego fotografió para él otros cuadros. Se dice que hay fotos de Meret Oppenheim con Nush, la mujer de Paul Elouard, menos tímidas que las que normalmente se exhiben y desnudos bastante mas explícitos que La priere. Hay quien sostiene que Ray se estableció en Paris precisamente atraído por su libertad de costumbres, rara en la época.
Casi 80 años después es difícil imaginarse el efecto que tuvieron entonces y la osadía que suponía tomarlas. El material pornográfico de la época no era tan explicito y los primeros planos descontextualizados creo que se inventaron bastante mas tarde. Y técnicamente, teniendo en cuenta los materiales disponibles, son un éxito. Vistos hoy, tienen un aspecto marmóreo, una solidez escultórica extraña. No producen efecto alguno en la libido, especialmente vistos en una sala de exposiciones. Me gusta pensar que fijan muy bien el aspecto "unitario" del sexo, eso de dos cuerpos fundidos etc. Y desde luego marcan muy bien la distancia entre el entonces y el ahora: Los surrealistas querían hacer la revolución y uno de sus instrumentos, al hilo de las entonces recién divulgadas teorías de Freud, era el sexo. Hoy es imposible utilizar el sexo para eso. Como tantas otras armas revolucionarias, ha sido completamente asimilado, domesticado y transformado en mercancía, y los últimos que lo intentaron, abandonaron derrotados en los años 70. Hay que concederles a Breton y sus amigos un éxito parcial: la sociedad patriarcal, ultraconservadora y miserable que conocieron ha dejado de existir. Pero teniendo en cuenta la regresión conservadora, el rebrote de la influencia religiosa y sectaria y la derechización que sufrimos, habría que reinventar un grupo como aquel. Hace mucha falta.
**me disculpo por la inmunda calidad de mi foto de 1929: La sala permite hacer fotos, pero sin iluminacion, sin tripode es dificil hacer algo mejor.
1 comentario:
¡Qué manera más sectaria de escribir tonterías! Usted no ha entendido nada de la libertad de costumbres! Marioneta progre, vayase a follar a un burdel de la época para que sepa usted lo que es la verdadera transgresión, no vuestras patrañas de amor libre, pero con uno solo ¡Pequeño burgués domado!
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