John Szarkowski murió el sabado pasado.

Otro que nos deja. John Szarkovski murió el sábado pasado, a los 81 años. Ya nos había dejado a efectos prácticos hace una decena de años, cuando abandonó el puesto de responsable de fotografía del MOMA, el Museo de Arte Moderno de Nueva York, desde el que revolucionó casi en solitario la visión que se tenia de la fotografía, haciéndola pasar de una especie de instrumento mecánico de reproducción de la realidad sin mérito artístico, a un arte como los demás, una forma de expresión personal tan creativa y tan importante como la pintura.

John Szarkowski retratado por uno de sus descubrimientos, J.H Lartigue, en 1963.

Durante 30 años demostró una lucidez y una capacidad de anticipación sobre la evolución de este arte notorias. Su primera exposición escandalosa fue New Documents, que según él marcaba la aparición de una nueva generación de fotografos que pasaban de retratar la realidad para que se viera y se pudiera corregir, a hacerlo para investigarla, explorarla en sus propios términos. No encontró demasiados apoyos. Hoy , los textos de sus críticos suenan particularmente ridiculos. La exposicion recogía trabajos de Garry Winogrand, Diane Arbus y Lee Friedlander, nada menos.

Algo así ocurrió cuando decidió exponer los trabajos de un desconocido artista sureño que fotografiaba en colores chillones. Herejía: Todo el mundo sabía que lo artístico era el blanco y negro... Era en 1976, y el desconocido, William Eggleston, es hoy reconocido como uno de los mas grandes. Aquel año la mayoría de los críticos la ridiculizó y muchos la incluyeron entre lo peor del año.

En 1978 organizó una antológica -Espejos y ventanas, fotografía americana desde 1960- cuyo título hace referencia a las dos capacidades fundamentales de la fotografía. Afortunadamente, se pudo ver en España, gracias a la Fundación Juan March, y tuvo un enorme impacto sobre nuestros críticos y museos.

Gracias a él, conocemos mejor el trabajo de Walker Evans, Edward Weston, o Ansel Adams, a los que consiguió convertir en estrellas del mundo del arte. Decubrió, casi de la nada, además de a Arbus, Eggleston o Winogrand, a gente como Atget o Jacques Henri Lartigue.

Lo mas curioso es que consiguio su trabajo casi por casualidad: Dos de los miembros del consejo del MOMA se pusieron muy pesados con que se contratara a un desconocido "paleto" de Wisconsin para que sustituyera a Edward Steichen, que cuando fue contratado para el trabajo ya era famoso y respetado. El resto del consejo quería a alguien así, pero insistió menos.

Al jubilarse volvió activamente a la fotografía, y resulta que era igual de bueno como organizador y agitador que como fotógrafo...

John Szarkowski, From Country Elevator, Red River Valley, 1957

Para mi su figura engrandeció aun mas cuando un amigo me contó que le había recibido en su despacho del MOMA. Mi amigo, fotógrafo, dejó su portafolio en su oficina, le dieron cita para recogerlo dos semanas mas tarde y cuando llegó, Szarkowski le estaba esperando. Dedicaba un día a la semana a recibir a desconocidos con talento. Mi amigo no daba crédito: El director del departamento de fotografía del museo mas importante del mundo alabando su trabajo... Sobre todo porque llevaba casi dos años pateándose todas las galerías madrileñas sin conseguir que le recibiera nadie.

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