Asi, sin efemérides ni motivo aparente, me apetece recordar a Julio Cortazar, escritor a quien lamento no haber conocido, cuyo mundo me resulta tan próximo. Fué el que dejó escrito que entre las muchas maneras de combatir la nada, una de las mejores es sacar fotografías...
La frase se puede leer en el cuento Las babas del diablo. Antonioni hizo con el Blow Up, una buena película, no sé si una adaptación fiel, que estableció un cliché de fotógrafo que aún pervive. No fue lo único que escribió Julio sobre este arte, que creo que comprendía casi mejor que nadie. La brevedad y la fragmentación que están en el origen de cada fotografía, una cala en el continuo espacio-temporal, dan forma a un fragmento que necesita ser cargado a su vez de sentido por el espectador. El final de la historia, cuando la foto adquiere vida propia, es una metáfora de ese proceso.
En el cuento demuestra una familiaridad con la técnica y el proceso fotográfico que solo se puede adquirir con el ejercicio de los mismos. Quedan muchas muestras de su trabajo, la mas importante quizá sea su libro Prosa de Observatorio, un texto surgido de su visita al observatorio de Jaipur (India), ilustrado con fotografías como esta, reveladas y positivadas por Julio Gálvez.
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