Casad@ con un fotógrafo...

Estar casada con un artista debe ser una cruz. Aunque supongo que si eres muy paciente o te gusta mucho que te retraten, puedes llevarlo con dignidad. Harry Callahan - el fotógrafo, no el personaje de Clint Eastwood- encontraba natural fotografiar a su mujer Eleonor, a la que retrató de todas maneras imaginables y durante decenios. Los que duró su matrimonio, casi 63 años.



Eleanor contaba en una entrevista como era la vida doméstica: Puedo estar en la cocina, preparando la cena, y viene Harry y me dice "La luz es preciosa. Ven que te haga una foto", y lo dejo y me pongo donde me diga y hacemos la foto...



Su carga solo se vió aliviada con la llegada de su hija Bárbara. O complicada, porque al principio, Callahan las fotografía juntas con frecuencia. Y no era la típica instantánea familiar: Usaba una enorme cámara de 24x30 que le llevaba hora montar.



Pero además, Callahan dejó su trabajo para dedicarse a la fotografía y durante años, fue Eleanor la que le sostuvo con el suyo. Su relación dió origen a un libro (Eleanor), un documental, y una exposición monográfica que aún circula por los museos y las galerías del mundo.

Otros se casaron directamente con sus modelos, como hizo Man Ray con una aprendiz que apareció por su estudio sin cita previa, una tal Lee Miller, aunque ella era al menos tan buena con una cámara cómo el. Luego ella le dejó por Roland Penrose, y todos eran amigos. Edward Weston se casó con Charis, no sé si antes o despues de hacer esos hermosos desnudos en el desierto.

Lee Friedlander hizo lo mismo con María, su mujer. Con su estilo característico. Inclusó editó un libro con las fotos de su familia.



Todo eso me viene a la cabeza al ver el trabajo de Eric Weeks, poéticamente titulado algo asi como El mundo estaba en la cara de los amados. Weeks, que había hecho una interesante serie de retratos masculinos, se casó hace cuatro años, y desde entonces fotografía a su mujer sin cesar. El resultado es muy sugerente: sus fotos son momentos en una historia que nos hacen imaginar.


Ahora que lo pienso, hay pocas mujeres que se hayan ocupado así de su cónyuge. La única que se me ocurre es Nan Goldin, y no sé si es pertinente, teniendo en cuenta lo cortas, variadas y diferentes que han sido sus relaciones... Lo que si es cierto es que ha seguido a rajatabla la moraleja de Callahan: No hace falta buscar mas allá de lo que te rodea para hacer un buen trabajo.

Y desde luego esas molestias no son nada comparadas con lo que pasó la pobre Jeanne Hebuterne...

2 comentarios:

Idea dijo...

Presumo que hay muchas peores cruces que cargar en la vida que la de recorrerla de la mano de un artista, porque llegados hasta dónde se quiebre el recorrido, podrán decir ambos "Confieso que he vivido"
Muchas de esas maravillosas fotos serán el testigo silencioso que trascenderá el olvido.

Anónimo dijo...

Imagina que Elanor le dice a Harry que no deje el banco, que las fotos solo los domingos. Es importante escoger bien a tu compañero. Siempre me pregunté como dos almas tan torturadas y tan debiles como Hebuterne y Modigliani acabaron juntos y que hubiese sido de ellos, sobre todo de ella, si hubiese elegido a otro, uno Eleanor.

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