Jill Freedman

Hace poco lei en algun sitio que el New York Times se estaba conviertiendo en la mejor revista de fotografía. Aunque es una exageración, el nivel del periodico en este tema es impresionante (y en casi todos, bendito Internet que nos lo regala!). Ademas de ilustrar articulos con clásicos o fotógrafos dignos de ese nombre, en vez de con las fotos ramplonas que adornan los periódicos de por aquí, le presta una atencion muy especial al medio.

Hace unas semans dió cuenta de la reaparición de una figura muy especial, una superviviente de los tiempos mas auténticos de la foto callejera, Jill Freedman. Siempre la he admirado y, la verdad, pensé que había muerto. Desapareció subitamente hace años, despues de publicar media docena de libros excepcionales. Era una autodidacta que en los 70 se lanzó a las calles de Nueva York a retratar los personajes mas sórdidos y tambien los mas abnegados. Trabajaba como copy en una agencia de publicidad cuando un amigo le pidió que se uniera a él en un campamento de protesta montado en un parque. Era 1968, el movimiento pacifista, las movilizaciones anti Vietnam, etc., ya se sabe. Fue su primer trabajo. Luego siguió a un circo, y produjo un libro, Circus Days, de potentes fotos fellinescas. Fue la primera mujer a la que se permitió vivir en un cuartel de bomberos, de donde salió con otro libro memorable. El siguiente, con cierta lógica, estaba dedicado a los policias. Como explica en las entrevistas, hasta entonces solo los policias malos, los corruptos, salían en los libros. Ella se propuso retratar el dia a dia del trabajo...

Todo iba bien hasta que, como explica en un video colgado en la misma página, fue víctima de una circunstancia muy americana: Sufrió un cáncer de mama, no tenía seguro médico. Sin familia ni ingresos regulares, lo pasó realmente mal. Tuvo que dejar su apartamento, se refugió en Miami, y ha tardado mucho en recuperarse.

El NYT tambien recoge algunas de sus fotos en un diaporama que merece la pena ver. PopPhoto la señaló hace un par de años como uno de los fotógrafos mas subestimados. Tiene un par de webs, higher pictures y jillfreedman, y una página en Lighstalkers que visita poco, pero en la que están sus datos de contacto. Lo escribo por si alguien se anima a traerla a algún festival, organizarla una exposicion...

Sus estilo, gráfico y directo, es muy personal. Las imágenes que la hicieron célebre retrataban casi siempre los personajes que adornaban las aceras de un Nueva York que no se veia en los foletos turísticos, aunque eran las estrellas de películas como Taxi Driver, Fort Apache o French Connection, una ciudad dura, que los políticos se empeñaron en redimir. Cuando volvió, Freedman se econtró con que su barrio, los alrededores de Times Square, etc. se había convertido en una especie de Disneylandia para turistas japoneses. La comparan con Weegee y con Diane Arbus, y estoy de acuerdo en que tiene por lo menos la misma categoria, pero en cambio, creo que Weegee fotografiaba a la gente como un turista retrata los animales del zoo. Freedman muestra much mas empatía hacia sus sujetos. Espero que ahora le vaya bien.



El amor mata Jill Freedman

1 comentario:

frikosal dijo...

Estupendo.
Que fuerte lo de la sanidad en USA. Un día estás arriba y al siguiente..

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