Una vida bien aprovechada


Eve Arnold es una artista excepcional por su trabajo y su trayectoria vital. Es tan poco común que su muerte merece honores de primera página en los periódicos de medio mundo.

El Pais la recuerda con un titular mas bien gore y poco afortunado... la fotógrafa que diseccionó a Marilyn...   Me conmueve mas el recuerdo de The Guardian, escrito por Beeban Kidron, directora de cine, que se atrevió a enseñarle sus fotos sin conocerla de nada. Cuenta como llegó muerta de vergüenza, porque poco antes de salir de casa derramó un vaso de refresco sobre ellas y, aunque las aclaró, llegó a la cita con las fotos húmedas y apestando a cola. El final de la entrevista Eve la ofreció trabajar de asistente y cuando se enteró de que tenía solo 14 años, la dijo “Entonces habrá que esperar...”

Tres años después, sonó su teléfono: Era Arnold, que la quería preguntar si finalmente iba a dejar el colegio para ser su ayudante...

Kidron la recuerda con precisión: Su nombre rara vez se escribía sin estar precedido por el adjetivo “legendaria”... Legendaria pionera de las mujeres fotógperiodistas... Legendaria mujer blanca que viajó con Malcolm X... Legendaria fotógrafa que retrató a cuatro presidentes americanos... La legendaria Eve definió una nueva normalidad para retratar a nuestras estrellas “behind the scenes”... Fotografió a Marylin en el baño, con la falda subida... A Marlene Dietrich sin maquillaje... A Angelica Huston abrazando a su papaito director, John, y a un joven Paul Newman cuando aún era un estudiante que no había hecho ninguna película. La legendaria Eve se mereció el adjetivo: fue a China cuando esta cerrada, y a Afghanistán, Mongolia, Rusia cuando eran el enemigo. Nada la detuvo nunca.

Hace 15 años me la encontré en una galeria londinense en la que colgaban sus fotos de Marylin, que supongo que han sido la base de sus ingresos mucho tiempo. Pequeña, arrugada, vital y legendaria... Fui incapaz de decirle nada, y tambien de comprarme una copia de una de mis fotos favoritas de entonces, Marilyn desolada y sola maquillándose en el cuarto de baño de algún hotel. Me pareció un esfuerzo enorme pagar aquel precio, hoy hubiese resultado un buen negocio tenerla. Pero de eso me arrepiento menos: seguro que nunca la hubiese vendido. Aunque hoy me dice mucho mas otra de sus fotos: la Marylin de los humanos me muerden, los perros no, demostrando la alegria que un chucho te puede dar.


1 comentario:

Francois dijo...

Très intéressant votre site.

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