Hace unos días me tropecé con la historia de un grupo de ex empleados de Polaroid que han alquilado por diez años la planta que la empresa tenía en Enschede (Holanda) y que estuvo en producción hasta hace unos meses. A la empresa la han llamado, muy adecuadamente, el Proyecto Imposible. La idea es reformular el proceso, en el que no se ha investigado nada en los últimos 20 años, y poner la nueva versión de la clásica película en las tiendas en unos meses. Aceptan ayuda de químicos, inversores y aficionados, que pueden contactarles directamente o añadirse a la lista de correos.
Parece bastante suicida, pero hay un par de motivos para la esperanza: El primero es que han conseguido el apoyo de Harman Technology Ltd., la empresa que se hizo con los restos del otro naufragio fotográfico, el de Ilford, y que parece que ha sabido aprovecharlos. El segundo, que en el equipo está un genio del marketing, Florian Knaps un tipo que ha hecho fortuna convenciendo a la gente de que suelten una pasta gansa por una cámara de plástico con prestaciones ridículas, copiada por un fabricante ruso de un modelo sin alma inventado por un fabricante japonés. O sea, para entendernos, uno de los creadores de la Lomografía y la Lomomanía. Mientras tanto, Polaroid se dedica a fabricar mini impresoras instantáneas para teléfonos etc. con tecnología Zink.
Para los amantes de las aberraciones cromáticas y los tonos tan particulares de las cámaras Polaroid que no puedan esperar el milagro, en Mrs. Deane proponen un par de alternativas. La de la casa es soldar a una de esas cámaras la parte de atrás de alguna antigualla plegable que use pelicula de 120/220. Esto es lo que han hecho con una Colourpack 88 y una Agfa Isola. No parece muy complicado.
Dicen que produce diapositivas de 6x6 perfectamente expuestas.
La otra es la Polarada, una Polaroid EE100 a la que se añade un respaldo Rada de 120, de los que se fabricaban hace medio siglo para cámaras de placas.
Teniendo en cuenta que compré mi Polaroid de la serie 300, profesional, por seis ridículos euros, cuando aun había película disponible, que las Polas de una pieza de plástico son aún mas baratas, y que el resto de los materiales no deben costar mas de 30 o 40 Euros (el respaldo Rada o la antigualla, mas un poco de pegamento y de cartulina para enmascarar), te puedes hacer media docena de cámaras por lo que pagarías por una Lomo y una Holga. Es más, apuesto que si le encuentras un nombre sonoro y les hac es un folleto bonito y un buen marketing, puedes ganar tanto como Florian Knaps y sus socios Lomomaníacos.