La presencia abrumadora de los medios y el esfuerzo que hacen para cubrir como se merecen algunos eventos de importancia planetaria me resulta incomprensible, cansina... Estos acontecimientos omnipresentes me generan una especie de rechazo instintivo. Las olimpiadas, por ejemplo. Supongo que en algún momento de la historia la competición atlética fue bonita y emocionante. Se perdió por el camino. Ahora el montaje en que se han convertido, su complejidad, me parecen alienantes e intimidatorias. Siendo alérgico al nacionalismo patriotero, me da igual si España o China tienen muchas o pocas medallas y como soy bastante vago, no entiendo muy bien la motivación de tanto esfuerzo. Me hace pensar en George Brassens... ¿Que canción le habría dedicado? Por lo demás soy incapaz de entender que alguien que tiene un cuerpo como el mio o el tuyo pueda correr 100 metros en 10 segundos (tardo mas en decirlo) o levantar 200 kilos.
Lo que he aprendido es que ser fotógrafo es un trabajo duro (la prueba está en el
blog de Vincent Laforet, no hay mas que ver
su equipaje!), complicado, bastante aburrido y
nada solitario. No he visto fotos demasiado excitantes, pese a los intensos esfuerzos de tantos profesionales. Solo los de
Sports Illustrated hicieron 300.000. Creo que todos los puntos de vista, los ángulos, las posiciones de cámara, ya han sido explotados durante decenios y en el fondo, la foto es imposible que signifique mucho. El drama se aprecia mejor en la televisión, que
además transmite en directo. La
única imagen que se me grabó es la de un levantador de pesas atascado bajo los 200 kilos de metal que acababa de levantar. Hay una historia mas
gore, la del levantador que se saca un brazo, pero esa no puedo casi ni verla.
Algo
así me pasa con la
convención demócrata, aunque la diferencia es que
ahí me parece que nos jugamos mas. De todas formas, con la nominación decidida, quedaba ya poco drama. Está por ver que podrá y que querrá hacer
Obama si gana. Sospecho que el margen de maniobra que tiene es pequeño.
Ahi si que hubo una foto que se me grabó, esta:
Una mujer abandona el estrado
después de dirigirse a la convención demócrata. Es
Tammy Duckworth, que perdió sus piernas en la guerra de
Irak, y
diría que
ahí le nació la conciencia si no fuera porque se graduó en Ciencias Políticas en el 90. Además es
master en relaciones internacionales. Se alistó siendo estudiante y se formó como piloto de helicóptero porque era el único puesto de combate al que dejan acceder a mujeres. En
Irak una granada la alcanzó mientras volaba y perdió las dos piernas y parte de su brazo derecho. Se presentó al congreso en una demarcación tradicionalmente republicana y perdió por un mínimo margen de voto
después de sufrir las peleas internas de los
demócratas y la guerra sucia de los republicanos.
No sabía nada de ella antes de ver la foto (anónima para mi), y supuse que hacia una exhibición un poco impúdica y algo arriesgada de sus heridas para
rentabilizar su aparición en la convención. Me equivocaba, utiliza frecuentemente falda, deja ver sus extremidades ortopédicas y es un gesto
reivindicativo.
Después de investigarla, la foto y la persona me impresionan aun mas.
En cualquier caso, los dos acontecimientos son en mas de un sentido un buen ejemplo de la época: la existencia y la fuerza de la televisión los reduce a puros espectáculos, con lo que eso supone. De repente la puesta en escena, el
atrezzo y el guión son mas importantes que el propósito original o el mensaje.