El condado de Freemont, en Colorado (USA) se ha ganado el sobrenombre de el valle de las cárceles: en apenas unos kilómetros, hay 13 cárceles. El condado se ha especializado en la industria carcelaria y los ciudadanos están muy satisfechos porque es un sector a prueba de recesiones como la actual.
El fotógrafo Phillipe Brault y el periodista David Dufresne lo han explorado en
Prison Valley, un reportaje multimedia realizado con el apoyo del diario
Liberation , el CNC, y Arte TV que combina fotografía, comentario y música en un formato mixto de video exhibido en la web del periódico, en su propia web, distribuido a otros medios (
Time acaba de publicar un resumen) y que se emitió en primetime por televisión. La propuesta es muy ambiciosa formalmente, combina la narración lineal de los medios tradicionales con el hipertexto y las propiedades de internet, y marca un camino que puede ser adecuado para otros fotógrafos.
Acaba de ganar el premio FR24-RFI en el festival Visa pour l'Image, probablemente el mas prestigioso de los dedicados a los fotoreporteros.
El condado tiene 36.000 habitantes que viven, en su mayoría, de los 7.730 presos recluidos en las 13 cárceles, que van desde instituciones de baja seguridad hasta la Supermax, prisión de alta seguridad, construida en buena parte bajo tierra y diseñada para conseguir la privación sensorial de los internos, entre los que se encuentran algunos de los criminales más célebres de USA: el Unabomber, Terry Nichols. el terrorista de Oklahoma, Richard Reid, el terrorista del zapato explosivo, etc. Sus ciudadanos se refieren a ellas como "el sistema", con toda justicia.
Rick Smitley, empleado del sistema y propietario, con su esposa, de la sastreria local. Los presos además de sufrir sus penas de privación de libertad, enriquecen a las empresas que construyen y explotan las cárceles con su trabajo mal pagado. En un desarrollo paradójico y escandaloso de la situación, estas usan a sus clientes para construir las celdas prefabricadas que se exportan a otras cárceles de Estados Unidos y hasta las prisiones nuevas del mismo condado.
Prisioneros construyendo celdas modulares prefabricadas Es el fruto de otro sistema, el penal y judicial de ese país, que, dominado por las tesis neocons de los últimos 20 años se ha convertido en un monstruo, pero, sobre todo, en un negocio privado espectacular, en el que unas cuantas empresas se benefician del encarcelamiento y la explotación de 2.305.000 prisioneros, practicamente el 1% de la población total del país, que a su vez suponen una pequeña parte de los casi 7.500.000 personas que están en libertad provisional o en espera de juicio. La cifra se ha multiplicado por 5 en los últimos 20 años, un crecimiento que no ha detenido el aumento de la delincuencia, prueba irrefutable de la inutilidad de un sistema carcelario así y la gravedad de un déficit cultural que lo fía todo a la represión sin invertir casi nada en la educación y socialización.
Cércel en construcción con mano de obra "local" En definitiva, Brault y Dufresne han hecho un trabajo espectacular explorando y explicando un Gulag estremecedor, que además tiene el merito de abrir nuevos caminos para la fotografía. Michael Moore hizo celebre el caso de los jueces que acabaron en la cárcel por enviar menores a prisiones privadas a cambio de una comisión de los propietarios, una consecuencia inmediata de la privatización de los servicios públicos. ¿Cuanta gente estará en la cárcel en Estados Unidos para garantizar el beneficio de los propietarios de las prisiones privadas?
Si quieres saber algo mas de como se hizo, puedes
aqui. El trabajo de los autores -18 meses de idea a publicación- aun no ha acabado: mantienen una animada conversacion con publico, especialistas y hasta habitantes cabreados del valle
en el foro de Prison Valley.