O un paso en el buen camino, o un merecido reconocimiento: El Ministerio de Cultura otorga el premio nacional de fotografía a Gervasio Sánchez. No solo es un fotógrafo excelente, es además el primer fotoperiodista que se cuela en la lista, y una persona encomiable. No le conozco, pero lo que he leído sobre él, escrito por aquellos que han compartido sus viajes y sus empeños, me hace admirarlo profundamente.
Es tan especial, carece hasta tal punto de vanidad y de miedo que dedicó el discurso de agradecimiento del premio Ortega y Gasset de periodismo, además de dar las gracias a los que le han ayudado en su trabajo, a señalar la hipocresía de todos los gobiernos españoles, incluyendo éste último, que se posiciona contra la guerra y sigue vendiendo armas tan especialmente crueles y dañinas como las bombas de racimo a personajes sin escrúpulos capaces de usarlas contra población civil. Todo eso con la vicepresidenta y algunos ministros sentados en primera fila. Ni una palabra sobre si mismo, ni un gesto de satisfacción ni un momento de soberbia.
La foto se la robo a Enrique Meneses, otro grande del periodismo español, que publicó el discurso íntegro en su blog. Se la hizo su hijo Diego, de 10 años, y a lo mejor por eso tiene esa cara de satisfacción.
2 comentarios:
Si pudiéramos sembrar la tierra de hombres como Gervasio Sánchez tal vez podríamos cosechar una humanidad que nos permitiera sentir orgullo. Es preciso ser íntegro además de valiente para esbozar esas palabras frente a semejante auditorio.
Me has ganado, Anónimo: seguro que la palabra que buscaba cuando escribia era esa, íntegro... Es una cualidad tan escasa que a lo mejor por eso no se me ocurrió...
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