La vida sigue ¿igual?


Se cumplen 50 años de la publicación de uno de los libros de fotografía mas influyentes: Los Americanos, de Robert Frank. La conmemoración tiene su importancia, aunque solo sea porque por fin hay versión española. Mérito, como casi siempre, de un apasionado que ha iniciado la ola de homenajes y conmemoraciones y está haciendo con sus reediciones que Robert Frank sea uno de los pocos fotógrafos con toda su obra disponible: Gerhard Steidl.

Con este motivo vuelven a surgir historias y anécdotas referidas a Frank y su empeño. Hemos recordado que lo hizo gracias a una beca de la Fundación Guggenheim, que tenia treintaypocos, que hizo 28.000 fotos, que seleccionó 82.... que es un libro seminal, que hay un antes y un después... que si el libro de la generación beat...

Y que Frank estuvo detenido. Un sherif de Alabama, vio un tipo sucio y greñoso parado en una cuneta, un coche lleno de cámaras, y se lo llevó sin más a la cárcel del condado. Es como empiezan muchas películas de miedo ¿verdad? El sheriff curioso cotilleó sus papeles, sus cámaras, sus carretes. Estuvo a punto de hacer revelar todos, pero afortunadamente Frank consiguió convencerle de que era material profesional que no estaba al alcance de cualquiera. La carta de la Fundación Guggenheim no le impresionó nada, y lo que mas excitó al sheriff fue encontrar una carta de apoyo firmada por un ruso, Alexei Brodovich. El tipo no tenia forma de saber que Brodovitch se había refugiado en USA huyendo de la revolución soviética, pero le hubiese bastado con hojear un Vogue o un Harper's Bazaar para darse cuenta del ridículo histórico que estaba haciendo. Frank escribió indignado a Ansel Adams pidiéndole consejo sobre como responder a un abuso semejante, y le contó que el sheriff no paraba de preguntarle si sabia lo que era un commie -un rojo- y si era comunista. La verdad es que el aspecto de Frank en esa época no era precisamente el de un buen americano, no se si eso justifica en algún mínimo porcentaje la éstupida reaccion del poli. Hay un explícito retrato de Avedon, hecho años mas tarde que da que pensar...



La anécdota es tan típica de los 50 como los textos de Kerouac, la generación beat o el free jazz: McCarthy, el miedo-odio a los comunistas que ayudó tan eficazmente a eliminar del paisaje intelectual el pensamiento utópico, reivindicativo y socialista que había florecido en USA durante tres décadas. Y que llevó a la cárcel y destruyó las carreras de tanta gente.

Me ha hecho pensar en ello un anuncio de la policía de Londres incitando al publico a la delación de cualquier sospechoso que use una cámara. Es fastidiosa esa tendencia a criminalizar a la gente así en general, solo porque piensan de una manera, porque se visten de forma extraña... El texto es total: Miles de personas hacen fotos cada día... Y si uno te parece raro?


El problema de estas campañas genéricas, incitando a la desconfianza y a la delación, pueden dar extraños frutos. Mas de un raro puede acabar en la cárcel sin motivo. O con su vida destrozada. Y no sirven para gran cosa. El terrorismo ha sustituido al comunismo en el papel de hombre del saco con que asustar a la gente y el recurso sigue funcionando... Aquí al lado se prohiben publicaciones y asociaciones solo por estar escritas en euskera y algún acreditado pacificista acaba con una larga condenas de cárcel sólo por publicar en el sitio equivocado. No se si algún dia nos enfrentaremos a ello con la lucidez con que lo han hecho en Estados Unidos. De momento no parece que le preocupe a nadie.

La foto de arriba es la que cierra el libro, y es una de las que mas me gustan. Es una nota personal en una obra que pretende ser un retrato colectivo, y retrata muy bien un estado de espíritu, el ánimo suspendido que caracteriza un largo viaje por carretera...

1 comentario:

frikosal dijo...

Uf, claro que preocupa.

Buena entrada.

Related Posts with Thumbnails