La fotógrafa mas impactante del siglo XXI


Yo le daría el título a la chica de la foto. Aunque tenga aspecto de no haber roto nunca un plato, es Sabrina Hartmann, la responsable de que salieran de Iraq las imágenes que han escandalizado a medio mundo (otro medio no se escandaliza ya por nada). Llevaba meses dudando si escribir algo sobre el artículo que le dedicaron Philip Gourevich y Errol Morris en The New Yorker. Demasiado largo para traducirlo y copiarlo, demasiado denso como para resumirlo. Asi que esperaba que alguien se decidiera a hacerlo, y, al final, El País lo ha hecho el pasado domingo. Conviene leerlo, la imagen que proyecta de lo ocurrido, del ejército mas poderoso del mundo y, sobre todo, de sus dirigentes, es reveladora. La traducción simplifica y acorta el articulo original, que es un resumen del libro La balada de Abu Ghraib y , de Gourevich y Morris, que se publicará en español en otoño.

Morris estrena estos dias en USA Standard Operating Procedure, (Procedimiento operativo estándar), un análisis de las imágenes surgidas de Abu Ghraib, la discusión sobre la aceptabilidad tortura y sus límites, la implantación oficial de ésta en la guerra de Iraq y lo que ello nos dice sobre el momento actual de la nación americana.

Abu Ghraib es un asunto relativamente menor en la matanza de Iraq. El que Bush, Cheney, Condi, Alberto Fernandez y demas cómplices se reunieran alrededor de una mesa a discutir con detalle la implementación de diversos grados de tortura, no. Es muy importante. Una reunión que me hace pensar en la conferencia de Wansee, en la que los nazis discutieron los problemas prácticos de la solución final. Algo así como: ¿podemos permitirnos fusilar a los judíos? ¿será mas barato gasearlos? ¿los fusilamos aqui y los enterramos alli o los llevamos vivos allí, los fusilamos y los enterramos? ¿El hijo de un judío y una aria debe ser considerado judío? ¿Y si es el hijo de un medio judío y una medio aria?... Esto debió ser parecido: ¿Cuantas veces se puede someter a un prisionero a una axfisia simulada? ¿A una sesión de descargas? ¿A qué voltaje? Siemrpe ha habido (y habrá, la naturaleza humana es dificil de contener) casos de tortura, excesos, malos tratos. Pero es la primera vez que un gobierno, y encima el de USA, se reune para discutir la implementacion de la tortura, la oficializa, la introduce con sistema en cuarteles y cárceles ignorando incluso su propio ordenamiento jurídico.

Hay quien piensa que una fotografía puede cambiar el mundo. Y que Abu Ghraib es la prueba. Seguramente es demasiado optimista. Pero el asunto si que plantea algunos interrogantes muy sugestivos. Por ejemplo ¿por qué la fotografia mas recordada de todas, la que se ha convertido en símbolo es esta?



No es la mas cruenta, ni la mas original ni la mas explícita. Es la mas simbólica, la mas abstracta, la mas gráfica. La que es imprecindible dotar de contenido. ¿La menos dolorosa? El que en la foto no se vea a los torturadores, ni la cara del torturado, la hace mas soportable. Yo me inclino por la explicación iconógrafica, la asociación con la imagen de Cristo crucificado omnipresente en Occidente.

Al prisionero le llamaban Gilligan como al protagonista de una serie cómica clásica de la tele yanqui. Morris señala que los soldados no hihcieron fotografias de lo que pasaba, organizaban cosas para fotografiarlas. Eso explica que de muchas situaciones existan fotos tomadas con distintas cámaras, como en este caso. Lo paradójico es que hay dudas de quien es el encapuchado. El NYT puiblicó una entrevista con él, o al menos con el que ejerce de tal, Ali Shalal Qaissi, rectificar de inmediato: Parece que Qaissi, al que llamaban Clawman, el hombre de la garra, porque tenia la mano desfigurada, y que se ha profesionalizado como víctima para denunciar los abusos (esta es su tarjeta de visita), no es el que está subido en la caja. Eso provocó una disculpa del periódico y otro absurdo debate sobre su credibilidad. Errol Morris aprovecha el incidente para publicar un interesante debate sobre la percepción, sobre como vemos lo que pensamos y no pensamos en lo que vemos. Estaria bien que alguien lo tradujera.





1 comentario:

Idea dijo...

Sin duda la foto más abstracta es la que le deja más espacio a la imaginación, y hoy que ya hemos dejado de sorprendernos por la multitud de imágenes explícitas en todos los campos del horror, esa dice sin mostrar, allí radica su fuerza.
Confieso, que la “fotógrafa” me produce sentimientos contradictorios, no queda claro cuales son sus verdaderos límites, entre el aburrimiento, lo que puede ser un poco divertido y lo que finalmente dice que no está bien. Las circunstancias la llevaron a ser quien retrató la barbarie, y no su indignación frente a ella.

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