Siempre le he tenido manía a los financieros. Desde que siendo casi un crío, mi padre me enseño que la bolsa no produce nada -como todas las instituciones de ese estilo- y que todo el dinero que alguien gana en ella es lo que otro pierde. Aprendí también que en toda operación contable hay un debe y un haber, dos columnas.
Ahora veo que monopolizan el discurso publico con los medios de control de conciencia que se han comprado, nos quitan el dinero de nuestros impuestos para cubrir sus perdidas por inversiones irracionales y luego le ponen una pistola en el pecho a los gobiernos para que esa pasta, en vez de devolverla ellos, se la quiten a los trabajadores, a los pensionistas y a la gente que de verdad lo necesita.
Y la respuesta política que merecen no aparece por ninguna parte...
Lo único que he encontrado es la tasa Robin Hood, una idea antigua, gravar las transacciones bancarias con una cantidad irrelevante (0,05%) que bastaría para cubrir parte del déficit que han generado. Yo soy bastante mas radical: creo que habría que acabar con el trile que se han montado interviniendo los mercados, encarcelando a algún broker y controlando las instituciones financieras. Pero de momento, la Robin Hood puede estar bien. Lo apoyan gente sensata como Jeffrey Sachs, organizaciones como Oxfam y actores como Sienna Miller o Ben Kingsley, útiles para llamar la atención. Habrá que apuntarse
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