Una liberación

Este es Roland Rollie Free, pilotando su moto hacia el récord de velocidad de 1948 con su Vincent Black Lightning (Relámpago Negro... hubo una época en la que era imprescindible algo de poesía para dar nombre a las máquinas, luego vinieron los de marketing con sus VFR,CBR, XJloquesea), en la llanura de sal de Bonneville Salt Flats. Había batido el récord vestido como todos, pero no se sentía satisfecho. Pensó que el mono de cuero le frenaba y decidió salir solo con un bañador, su casco y sus gafas. Consiguió 4 km/h mas: 242,33 km/h. No se equivocaba.

Cada año, desde hace mas de 100, una congregación de aficionados se reunen allí durante una semana para intentar ir mas deprisa que nadie con toda clase de máquinas, antiguas y nuevas, caseras y sofisticadas. Hay hasta ciclistas, capaces de pedalear a 240 km/h.

Yo crecí en una época en la que la velocidad era sinónimo de progreso y aún no me he curado.

Artísticamente, la foto no es gran cosa. Las hay mucho mejores: el paisaje marciano, las máquinas relucientes, los personajes excéntricos hacen que sea una celebración muy fotogénica. Pero tiene un espíritu especial. Cuando te sientes fijado a la tierra o atrapado, fotos como esta pueden inspirarte y hasta ayudarte a volar.


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