Cuando me encontré una de las primeras experiencias de la llamada fotografia comunitaria en la desaparecida Half Moon Photography Workshop, de Londres, aprendí a valorar el efecto que puede tener para una comunidad reconocerse y estudiarse en las fotografias realizadas por ellos mismos. El esquema siempre es parecido: bajo la supervisión de algún profesional o experto en el tema, se facilita cámaras simples a un grupo de personas y se les capacita en su uso con intención de que retraten lo que es importante para ellos. Internet ha hecho visibles muchas de estas iniciativas, algunas muy sorprendentes. La fotografía genera en esas comunidades una reflexión sobre ellos mismos bastante sana, les obliga, mas que un espejo, a mirarse y apreciarse, y suele dar como resultado una conciencia mas lúcida de su situacion y un aumento exponencial de su autoestima.
Comisiones Obreras de Cataluña mantiene desde hace años un programa de fotografía comunitaria en algunas localidades de America Latina, con el fotógrafo Antonio Rosa y el apoyo de la OIT y su programa contra el trabajo infantil, IPEC. El resultado se puede ver en la web gráficamente llamada Clika Clika. Han establecido tambien una especie de catálogo de abusos sobre trabajo infantil en la página No es un juego, parte de un esfuerzo divulgativo y educativo que incluye un documental con el mismo título y una exposición itinerante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario