Todos sabemos que el verano trae serpientes. Con los calores se ralentiza la actualidad y se pone en marcha el ingenio para llenar periódicos y telediarios. Los periódicos, mas prudentes, reducen su numero de páginas. Los telediarios, en vez de acortarse, rellenan el tiempo muerto con tonterías, avisos apocalípticos sobre los efectos del calor nuestro de cada dia, sucesos e inventos. No todo es malo: Hace unos dias, Antena 3 cerraba el telediario con un reportaje sobre la inauguración de una exposición de David LaChapelle en Tel Aviv. Igual le cogen el gusto y publicitan alguna exposición de Madrid o Barcelona la próxima vez. Quien sabe.
Este verano ha habido una serpiente de 200 millones: La de los negativos de Ansel Adams comprados en un rastrillo por un pobre pintor de brocha gorda que resultaron valer una fortuna. La noticia ha sido primera pagina en periódicos que nunca habrían publicado una sola línea sobre un fotógrafo clásico. Todos han reproducido sin mas la nota de prensa de Rick Norsigian, que así se llama y sus cómplices. Algunos, como Público, incluso han llamado al héroe para ampliar noticia. Que el reportero escribiera sobre negativos de cristal esmerilado da buena idea de su competencia.
El caso apestaba desde el principio a timo. Un paseo por su web dejaba claro la avaricia con que estaba montado el asunto. Para apuntalar el negocio, habían recurrido a magnificar opiniones de expertos: un fotógrafo, una experta calígrafa que valora las anotaciones marginales en los negativos, un par de ex agentes del FBI... Desde esa misma página se venden copias en edición abierta a precios estratosféricos de los supuestos Adams. La fotoquímica vale 7.500 dólares, la de inyección 1.500, y al comprarlas te obligan a firmar un documento exonerando de responsabilidad al vendedor si resulta finalmente que la foto no es de Adams.
La nota de prensa lanzada al mundo en la conferencia de prensa del 27 de julio, combinaba el cuento de la cenicienta con la estimacion escandalosa: el hallazgo valia nada menos que 200 millones de dólares, asi que los informativos de medio mundo picaron.
Es evidente que la cifra es un disparate. Ninguna colección de negativos ha valido cifras semejantes. Y lo mas escandaloso es que los periódicos no tengan la profesionalidad necesaria para verificar las informaciones, especulaciones, que publican. Pocos se molestaron en llamar a los expertos verdaderos o a los herederos del fotógrafo.
Las fotos no son malas, pero no parecen obra de Adams. Las fechas en que están tomadas no coinciden con los viajes documentados por él. Pero ademas, la sola idea de que Adams, un freak del control, archivista neurótico que apuntaba hasta el mas mínimo detalle de su trabajo, pudiese haber perdido algunos de sus negativos es un delirio.
Por lo que se ha sabido, Norsigian llevaba años intentando montar el negocio. Había tanteado sin éxito a algunos expertos en Adams para que autentificaran los negativos a cambio de un porcentaje de los ingresos. Su vida cambió cuando se encontró con David Streets, un turbio galerista condenado por fraude y robo, recien instalado en Los Angeles, que financió el esquema: pagó a los expertos, montó un documental sobre la historia, creo la página web y sobre todo, movió la nota de prensa que sacudió el mundo.
La historia termina sin final feliz para Norsigian y cia: Una emisora local de Oakland (California) descubrió a una señora que poseia positivos de algunas de las imágenes. Las había tomado su tio Earl y decoraban su casa desde hace decenios. Los herederos de Adams, por su parte, han demandado a Norsigian y Streets. Ansel Adams, ademas de un fotógrafo histórico es una marca registrada y nade puede vender productos con ese nombre sin autorización de su propietario. Pero ademas están irritados por la baja calidad de las imágenes: Adams, el perfeccionista inventor del sistema de zonas, solo comercializó copias de una reducida parte de sus 44.000 negativos, los que él consideraba que merecian ser vistos. Uno de los expertos citados ya se ha retractado, no sabemos si habrá devuelto lo que cobro por la autentificación. Los abogados de Norsigian ya le han recomendado que suspenda la exhibicion del documental y deje de afirmar que las fotos son de Adams. Su última línea de defensa es solicitar que el Centro Internacional de la Fotografía de Tucson custodio de la obra de Adams, haga un estudio pericial. Un esfuerzo fútil.
Algunos medios americanos se han hecho eco de la controversia que rodea el tema: Los Angeles Times, PDN, el NYT... En nuestro pais no le leído que ningún periódico se haya retractado o corregido.
Dentro de diez años la gente aún repetirá la historia de los negativos comprados en un rastrillo que resultaron valer 200 millones... Estas cosas me hacen preguntarme si lo que los periódicos publican sobre cosas de las que no se nada es igual de cierto.
El caso apestaba desde el principio a timo. Un paseo por su web dejaba claro la avaricia con que estaba montado el asunto. Para apuntalar el negocio, habían recurrido a magnificar opiniones de expertos: un fotógrafo, una experta calígrafa que valora las anotaciones marginales en los negativos, un par de ex agentes del FBI... Desde esa misma página se venden copias en edición abierta a precios estratosféricos de los supuestos Adams. La fotoquímica vale 7.500 dólares, la de inyección 1.500, y al comprarlas te obligan a firmar un documento exonerando de responsabilidad al vendedor si resulta finalmente que la foto no es de Adams.
La nota de prensa lanzada al mundo en la conferencia de prensa del 27 de julio, combinaba el cuento de la cenicienta con la estimacion escandalosa: el hallazgo valia nada menos que 200 millones de dólares, asi que los informativos de medio mundo picaron.
Es evidente que la cifra es un disparate. Ninguna colección de negativos ha valido cifras semejantes. Y lo mas escandaloso es que los periódicos no tengan la profesionalidad necesaria para verificar las informaciones, especulaciones, que publican. Pocos se molestaron en llamar a los expertos verdaderos o a los herederos del fotógrafo.
Las fotos no son malas, pero no parecen obra de Adams. Las fechas en que están tomadas no coinciden con los viajes documentados por él. Pero ademas, la sola idea de que Adams, un freak del control, archivista neurótico que apuntaba hasta el mas mínimo detalle de su trabajo, pudiese haber perdido algunos de sus negativos es un delirio.
Por lo que se ha sabido, Norsigian llevaba años intentando montar el negocio. Había tanteado sin éxito a algunos expertos en Adams para que autentificaran los negativos a cambio de un porcentaje de los ingresos. Su vida cambió cuando se encontró con David Streets, un turbio galerista condenado por fraude y robo, recien instalado en Los Angeles, que financió el esquema: pagó a los expertos, montó un documental sobre la historia, creo la página web y sobre todo, movió la nota de prensa que sacudió el mundo.
La historia termina sin final feliz para Norsigian y cia: Una emisora local de Oakland (California) descubrió a una señora que poseia positivos de algunas de las imágenes. Las había tomado su tio Earl y decoraban su casa desde hace decenios. Los herederos de Adams, por su parte, han demandado a Norsigian y Streets. Ansel Adams, ademas de un fotógrafo histórico es una marca registrada y nade puede vender productos con ese nombre sin autorización de su propietario. Pero ademas están irritados por la baja calidad de las imágenes: Adams, el perfeccionista inventor del sistema de zonas, solo comercializó copias de una reducida parte de sus 44.000 negativos, los que él consideraba que merecian ser vistos. Uno de los expertos citados ya se ha retractado, no sabemos si habrá devuelto lo que cobro por la autentificación. Los abogados de Norsigian ya le han recomendado que suspenda la exhibicion del documental y deje de afirmar que las fotos son de Adams. Su última línea de defensa es solicitar que el Centro Internacional de la Fotografía de Tucson custodio de la obra de Adams, haga un estudio pericial. Un esfuerzo fútil.
Algunos medios americanos se han hecho eco de la controversia que rodea el tema: Los Angeles Times, PDN, el NYT... En nuestro pais no le leído que ningún periódico se haya retractado o corregido.
Dentro de diez años la gente aún repetirá la historia de los negativos comprados en un rastrillo que resultaron valer 200 millones... Estas cosas me hacen preguntarme si lo que los periódicos publican sobre cosas de las que no se nada es igual de cierto.
2 comentarios:
hola, sigo tu blog y he visto que te interesas por la etica comunicacional, creo que ello tiene un gran valor, continua. anexo el link de mi blog para que veas lo acaecido con un diario local en Venezuela http://miraescuchas.blogspot.com/
gracias
Como dijo un maestro, no dejes que la verdad te estropee una noticia...
Los fotógrafos, ademas, dependen del piede foto que le pone alguien cuando conviene...
Bonitas fotos!
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