Llevaba mas de un año intentando escribir sobre Penn cuando me enteré de su muerte, hace unas semanas. Y ahora me encuentro esta esta foto. De izquierda a derecha: Richard Avedon, Irving Penn y Helmut Newton, un momento memorable allá por 1993. Hubiese estado bien compartirlo.
De vez en cuando había un motivo -como dicen los periodistas, un pie- para hablar de Penn. El último, por citar uno, el consuelo de que se ofrecia Annie Leibowitz a sí misma cuando estaba a punto de perderlo todo y pensaba en como sobreponerse (Irving Penn tiene 92 años y sigue trabajando!). Pero siempre me pasaba igual, lo dejaba cuando llevaba tres folios de admiraciones.
Ahora hay el pie definitivo: se ha muerto, nada sorprendente considerando su edad -92 años- y lo que me costaba tanto decir es que a diferencia de otros artistas con fecha de caducidad, todo lo que hizo sigue siendo relevante. Su estudio ha repartido esta imagen al dar la noticia de su muerte, un retrato que le hizo su mujer mientras trabajaba en The world in a small room, uno de su primeros empeños famosos, retratar a tipos de medio mundo en un estudio portátil. No sé cuanta gente copió su idea. Pero cualquier cosa que intentes, ya lo probó el: ¿procesos artesano-arcaicos? Revivió el solito la platinotipia. ¿Fotos de moda con moda y sin modelo? Lo primero que hizo en Vogue, casi. ¿Series de retratos de gentes anónimas? Pequeños oficios. ¿Objetos anónimos? Ahí están sus megafotos de colillas. En los 90 reincidió con Street Finds y Frozen foods. ¿Retratos audaces? Este es Miles Davis, este Saul Steinberg, y mis favoritos son los esquinados, especialmente el de Marcel Duchamp. Aunque el de Blaise Cendrars... Y los de KateMoss... Pensar que hace 60 años ya había definido su estilo y que le ha sido fiel todo este tiempo, y no solo eso, que su visión aun resulta moderna es estimulante.
Los tres de la foto ya nos han dejado. Entre ellos definieron de alguna manera un canon fotográfico que marcó una época. Entre la avalancha de imágenes que nos llegan cada día deberíamos ser capaces de percibir un equivalente, pero a mi por lo menos no se me ocurre.
De vez en cuando había un motivo -como dicen los periodistas, un pie- para hablar de Penn. El último, por citar uno, el consuelo de que se ofrecia Annie Leibowitz a sí misma cuando estaba a punto de perderlo todo y pensaba en como sobreponerse (Irving Penn tiene 92 años y sigue trabajando!). Pero siempre me pasaba igual, lo dejaba cuando llevaba tres folios de admiraciones.
Ahora hay el pie definitivo: se ha muerto, nada sorprendente considerando su edad -92 años- y lo que me costaba tanto decir es que a diferencia de otros artistas con fecha de caducidad, todo lo que hizo sigue siendo relevante. Su estudio ha repartido esta imagen al dar la noticia de su muerte, un retrato que le hizo su mujer mientras trabajaba en The world in a small room, uno de su primeros empeños famosos, retratar a tipos de medio mundo en un estudio portátil. No sé cuanta gente copió su idea. Pero cualquier cosa que intentes, ya lo probó el: ¿procesos artesano-arcaicos? Revivió el solito la platinotipia. ¿Fotos de moda con moda y sin modelo? Lo primero que hizo en Vogue, casi. ¿Series de retratos de gentes anónimas? Pequeños oficios. ¿Objetos anónimos? Ahí están sus megafotos de colillas. En los 90 reincidió con Street Finds y Frozen foods. ¿Retratos audaces? Este es Miles Davis, este Saul Steinberg, y mis favoritos son los esquinados, especialmente el de Marcel Duchamp. Aunque el de Blaise Cendrars... Y los de KateMoss... Pensar que hace 60 años ya había definido su estilo y que le ha sido fiel todo este tiempo, y no solo eso, que su visión aun resulta moderna es estimulante.
Los tres de la foto ya nos han dejado. Entre ellos definieron de alguna manera un canon fotográfico que marcó una época. Entre la avalancha de imágenes que nos llegan cada día deberíamos ser capaces de percibir un equivalente, pero a mi por lo menos no se me ocurre.
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