En estas fechas, tan propicias para el chapuzon, vale la pena pasarse por la página de James Pomerantz y disfrutar con su serie Agua Sagrada. Pomerantz fotografía los turistas que se bañan en los cenotes de Yucatán, que los mayas consideraban puertas de otro mundo y a los que, consecuentemente, arrojaban sus ofrendas a los dioses: animales, personas, quién sabe.
Son imágenes inquietantes, con sus pequeñas areas iluminadas en una oscuridad que domina el encuadre, ademas de toda una metáfora sobre la banalización del mundo que provoca el turismo. Yo, desde luego, no sería capaz de bañarme en esos agujeros negros.
Son imágenes inquietantes, con sus pequeñas areas iluminadas en una oscuridad que domina el encuadre, ademas de toda una metáfora sobre la banalización del mundo que provoca el turismo. Yo, desde luego, no sería capaz de bañarme en esos agujeros negros.
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