Ya pasó...

Que voy a decir... Las navidades no me dan buen rollo. Supongo que en Estados Unidos y otros países en los que la gente vive a miles de kilómetros de los suyos y se reunen poco, tiene algún sentido. Aquí, donde la gente vive normalmente en el barrio en que nació, a un par de manzanas como mucho de sus padres y sus amigos, y comen día si día no todos juntos, es una celebración redundante. Añadamos el estress de tener que regalar algo a gente que ya tiene casi todo dos veces y el que produce la obligatoriedad de la celebración y la propia de cualquier actividad social y queda un paisaje un poco desmejorado. Con sus buenos momentos, por supuesto...

Por si fuera poco observo que estas fechas suelen traer su explosión de malas noticias. Este año las ondas se han quedado mas lejos que otros, pero impresionan: el hermano de un amigo que ha tenido un infarto mientras corría en el gimnasio el día 24, el padre de otro que fallece una semana antes, la madre de un tercero, en la UVI... Hasta el gran Ivan Zulueta ha decidido morirse sin darme la oportunidad de entrevistarlo... Grandes noticias que puntean las fiestas. Supongo que en cualquier otro mes del año pasa lo mismo pero se nota menos.

En fin, la imagen mas adecuada que he encontrado para la época hay que agradecersela al bueno de nistagmus, una de mis adicciones secretas...



Lo bueno es que llega un año nuevo y podemos poner el contador a cero y desear a todo el mundo que el próximo sea productivo, feliz y emocionante...

El fotógrafo y sus cámaras

He pasado un buen rato con la serie de videos de este titulo producido por el diario argentino La Nación. Es una idea simple y brillante: diversos fotógrafos explican las herramientas que utilizan en su trabajo. Aunque no conozcas a todos los entrevistados, -hay maestros clásicos como Aldo Sesso, fotoperiodistas, artistas- es imposible no sentirse identificado con ellos. Es inmediato pensar anda, si yo trabajo como este... o me gustaría tener una de esas... o ¿y si uso esa otra para tal cosa?


A señalar la diferencia entre hombres y mujeres: a un fotógrafo le preguntas por sus cámaras y te las describe. Las chicas en seguida te hablan de emociones y sentimientos. La palma es para Irina Werning, que piensa en ellas como en sus novios: una es el amor de su vida, otra el novio difícil y pesado, de otra todo el mundo le dice que tiene que casarse con ella, que es responsable y la va a mantener toda la vida...

Imprescindible. Sobre todo los de ellas.





Alzheimer


Cada vez que oigo esta palabra, me viene a la cabeza esta imagen de Elisa González Miralles

Otro descubrimiento

Vivian Maier es el último caso de descubrimiento fortuito de artista fotógrafo. Su historia lleva seis meses dando vueltas por internet: un tipo compra unos muebles viejos en una subasta, encuentra dentro de ellos 40.000 negativos, la obra de toda la vida de una fotógrafa aficionada que nunca las enseñó a nadie, tiene una epifanía y aunque nunca había pensado ni siquiera en ello, se convierte en fotógrafo. Encontró alrededor de 10.000 fotos sin revelar siquiera. De hecho aun le quedan 600 rollos por revelar. Lo hace el, hoy, treinta años después de que fuese impresionada la película.

Las fotos merecen las 400.000 entradas que le dedica Google: buenas imágenes de la vida en la calle de Chicago durante 40 años, exquisitamente compuestas en el formato cuadrado del 6x6. Tuvo que empeñarse mucho para que nadie les hiciera caso. Y prueban una sensibilidad muy especial. Probablemente fotografiar era para ella un acto íntimo.

Parece que además era todo un personaje: llegó en los años 20 a Chicago desde Francia, era feminista, socialista, vivió siempre a su aire, llevaba zapatos y chaquetas de hombre, mantenía las formas y las distancias. Lo poco que se sabe de ella es lo que recuerdan los empleados de la tienda donde llevaba sus fotos a revelar y algunas familias que la emplearon como niñera cuando llegó al país.

Lo que me preguntaba, mientras lo leía, además de lo obvio, es: dentro de 50, 60 años, ¿qué encontraremos? ¿discos duros averiados? ¿tarjetas de memoria? ¿imágenes de algún fotógrafo escondidas en algún servidor? ¿páginas webs desconectadas por falta de pago? ¿Raws sin procesar de algún modelo de cámara desaparecido? ¿la imagen digital, que nunca acaba de estar fijada en ningún sitio, permanecerá con la misma solidez? ¿Será relevante todavia entre los millones de imágenes que se toman cada dia, la obra de algún aficionado especial?

Se abre el plazo para el POYI

El POYI -Pictures of the Year International- es uno de los premios mas prestigiosos del mundo fotoreportaje. Y debe ser también el mas antiguo. El año pasado Morenatti fue uno de los ganadores, ese es el nivel. Lo que no sabía es que esta abierto a cualquiera que quiera presentarse. Pensé que un jurado proponía y decidía.

El plazo para inscribirse empieza el próximo día 18 y termina el día 15 de enero. Las deliberaciones del jurado se harán del 14 de febrero al 5 de marzo y no solo son públicas, se retransmitirán por internet en Adobe Connect.

Aunque no tengas intención de presentarte, siempre es un placer pasar por su web. Hay muchas fotografías que ver.

Belmonte

Ahora que estamos en invierno, las fotos polacas de Luis Belmonte tienen una resonancia especial. Le perdono que se interese por los mismos temas que yo -áreas de servicio, interiores burgueses, etc.- y otros cuantos centenares como yo y las retrate mejor después de ver un trabajo, La Dehesa, enigmático y muy potente, sobre todo propuesto, como hace en su web, sin pie de foto. ¿Qué será? ¿Un campo de refugiados? ¿una colonia penal? ¿un centro de trabajo?

Platón intenta el retrato del poder


El fotógrafo del New Yorker montó un chiringuito en el edificio de la ONU y fotografió los líderes que asistían al plenario, y no es que impresionen por su majestuosidad. Mas bien todo lo contrario. Desde que los retratos de los mandamases se hacen con herramientas plebeyas, al alcance de cualquiera (este Platón, encima, usa una antigualla Hasselblad, con un respaldo de los de antes, sin un mal pixel) ya no parecen mandamases. En conjunto parece la orla de una clase cualquiera, promoción del 2009, como todas. Se diría que está el listo, el pelota, la guapa, el raro, el pobre, el digno, el macarra, la lista... ZP no sale mal librado, un poco estrábico...

Lo mejor son las notas de producción: despues de cartas, faxes y llamadas infructuosas pidiendo citas, el asunto se redujo a estar allí de 8 de la mañana a 10 de la noche y perseguirlos por los pasillos.

Espaiñ!


Jordi Bernadó se da una vuelta por la España cañí. El resultado es un libro, que puedes hojear en Issuu y luego comprar.

Publica Aktar, una valiente editorial de la que es parte y que tiene un catálogo bastante impresionante: acaba de poner en el mercado las fotos de Centellés del campo de Bram, de las que hablé recientemente, tiene títulos de Miguel Trillo, Hanna Collins, Jorge Marcos, Fontcuberta, etc. A tener en cuenta ahora que empieza la temporada de regalos.

Fotos que huelen a vómitos y a alcohol


Nikita Mashkin fotografía los rituales de liberación que sostienen -según él- los equilibrios y rigores de la sociedad organizada. Noches salvajes de alcohol y desmadre. El texto es tan bueno como las fotos.


Esos rituales son universales. José Luis Cuevas se acerca a ellos en Méjico, en un local apodado o llamado, quien sabe, La Apestosa.



Fotógrafo pobre, fotógrafo rico.

Esta es una fábula como la de la cigarra y la hormiga, que estoy seguro que es pertinente en estos tiempos difíciles para los profesionales, aunque la moraleja no sea demasiado evidente.

El otro día escribía sobre Charis y Edward Weston: Weston es un genio que vivió siempre en la pobreza. Su casa era una cabaña de madera que construyó su hijo por 1.000 dólares y han quedado huellas de su situación económica en las desesperadas cartas que escribía su mujer, buscando ayuda y recursos. Ansel Adams hacía algo parecido, el mismo tipo de fotografía, sin embargo amasó una pequeña fortuna, se convirtió en un icono nacional y en una referencia.

Los dos trabajaban con grandes cámaras de placas, profesaban la misma fe en las características innatas del arte fotográfico (las del grupo f64), tenían una maestría técnica parecida y retrataban temas semejantes. Y uno rico y otro pobre.

¿Dónde está la diferencia? Sospecho que es William Turnage, el manager de Adams, al que contrató cuando aún estaba en la universidad. Cuando lo hizo, Ansel, que no tenia demasiadas habilidades sociales -fue un niño feo, retraído, un adolescente delgado, calvo y misantrópico, obsesionado con el piano y la fotografía- y era un pésimo vendedor, llevaba una existencia difícil. Turnage recordaba que tenía que anular viajes fotográficos porque no conseguía reunir los 100 dólares que le costaban. Todo eso siendo ya un fotógrafo conocido.

Turnage supo poner en valor la obra de Adams, explotar su imagen tan americana y convertirlo en un héroe nacional, de modo que incluso la gente mas común, la que tendría dificultades en mencionar un par de pintores modernos, sabía quién era. Dennis P Curtin, entonces editor de manuales técnicos y libros educativos, cuenta en un memorable texto como Turnage le sacó a Little, Brown & Company un anticipo de 200.000 dólares, una cifra fabulosa para la época, en una sola reunión, celebrada en las oficinas de la editorial en 1973. Hasta entonces Adams había publicado en Morgan y Morgan donde empezó ganando 0.10 dólares por ejemplar vendido de unos títulos que valían un dólar. El editor le obligó a respetar esa cifra incluso cuando los precios subieron hasta 10 dólares por ejemplar. Adams pensaba que ganaba el 10% del precio, el contrato normal de un autor, pero la redacción permitía a la empresa pagarle el 1%. Adams decidió respetar el contrato, entre otras razones, supongo, porque sentía que no tenía éxito suficiente para presionar a sus patronos. Es evidente que Turnage tenía una percepción diferente y las habilidades para hacerla realidad.

¿Moraleja? La magia de Turnage es la que levantó la obra de Adams y la convirtió en una máquina de ganar dinero. Seguro que Adams, como Weston, pensaba en sí mismo como artista, daba escaso valor económico a su actividad y se hubiese conformado con las migajas...



Weston en la ventana de su laboratorio. Fotografía Beaumont Newhall

Odio a los músicos

Sobre todo a los que tocan de oído. Horas y años desperdiciados en intentar aprender música generan mucho resentimiento. :-)

Algo parecido me pasa con los ilustradores. Sobre todo con algunos como Jorge Colombo, que no necesita mas que un iphone y un dedo para hacer pequeñas maravillas.





Y además hace fotos!
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